miércoles, 21 de julio de 2010


Me estoy volviendo literalmente LOCA. En serio, todo este tema que tengo muchas ganas de contar me está dando vueltas la cabeza de una manera importante.
Resulta que después de TODO lo que pasó entre L y yo las cosas no se si mejoraron, empeoraron o directamente no influyeron en nada (descarté esta posibilidad hace un rato largo).
No puedo decir que me gusta otro porque no estaría bueno (además a esta altura no sé lo que se siente sentir que te gusta otra persona que no sea tu ex novio con el cual estuviste un poco más de un año y medio y que aún lo seguís viendo).
Me da miedo escribir acá cosas que ÉL posiblemente vaya a leer y lo lastime (más allá de que nos llevemos como EL ORTO no soy quién para andar cagándole la existencia) entonces mejor paro acá, simplemente me voy a limitar a decir que me muero de ganas por que sea 4 de agosto para volver al colegio y y y con eso lo dije todo

sábado, 10 de julio de 2010


Sé que si el día que nos conocimos yo hubiera tenido al menos 5 años más VOS te hubieras enamorado perdidamente de mi. Lo sé, en serio.
Ahora todas están embobaditas con vos pero sabes qué? me podes desde que jugabas en TL, hace casi DIEZ AÑOS, cuando ibas a buscar a tu hermano que jugaba con el mio y y y ME ODIO POR NO HABERTE DECLARADO MI AMOR ANTES DE QUE SEAS FAMOSO.
Ahora andá con esa luli plástico, yo mientras te espero platónicamente.
No voy a poner Agustina Bistoletti de Higuaín o Gonzalo Higuaín te amo. Ya quisieras.


jueves, 8 de julio de 2010

A veces no existe una única lógica para las cosas. Hay un punto intermedio, no todo es blanco o negro, bueno no siempre. Las diferencias hacen al desarrollo cotidiano, nos modifica a tal punto de ser unánimes dueños del delirio perpetuo al que nosotros mismos nos condenamos.
El problema no es que las cosas sean grises, el tema es cuando tenemos dos cosas y si o si tenemos que elegir una. Uno puede amar, odiar o querer, pero hay veces que el intermedio hace a la diferencia, y ella nos hace delirar a tal punto de crear una fantasía constante de la que muy pocos saben sobrellevar antes de que las emociones se compriman y nos hagan explotar. En cambio, hay quienes viven aguantándose todo eso, se lo guardan a si mismo, y les hace mal, eso les termina jugando en contra a tal punto de hacerlos perder. Si el interior está mal, lo proyectamos en el exterior y ¿cuál es la gracia? ¿joder a los demás, lavarnos las manos? No, ninguna de todos los cargos le sienta a la misma verdad; lo único que estamos haciendo es defendernos de nuestras propias jugadas, nosotros no somos nada más y nada menos que inconscientes rivales de nuestro propio juego y aun así existe un punto medio pero no merece ser considerado un equilibrio. En nuestro juego se gana o se pierde, u optas por empatar pero entonces ¿cuál sería el sentido de jugar con nosotros mismo si volvemos al mismo lugar de siempre pero de la peor manera? ¿Cuántas veces más me tengo que equivocar para poder aprender? Este tropezón empieza a ser el principio de una caída.

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