domingo, 24 de mayo de 2009




Saltar es algo así como cuando elegís entre sexo o amor, cuando te tomas un respiro y decís basta, cuando ya viste cuan lejos podes llegar, pero ¿valió la pena? ¿cuánto viviste? ¿cuántas veces sonreíste? ¿y ahora qué? ahora ya todo pasó, pero jamás estas lejos de poder volver a vivirlo. A veces siento que las cosas ni si quiera llegan al punto de llamarse recuerdos, son como momentos que vivís, que pasan, y listo, no te marcan ni te cambian en nada, solo los sentís como algo más que pasó, y si no lo hubiera hecho tampoco me lo lamentaría. Igual no suelo arrepentirme de las cosas pero menos que menos suelo aprender, me conozco, conozco cada rincón de mi cabeza y cada centímetro de mi ser, pero me salió caro conocerlo, entonces ¿valió la pena? Supongo que no, total ¿en qué me cambia? En mucho pero no me doy cuenta, no hasta que alguien más me lo hace notar, entonces, ¿de qué sirve darme cuenta yo misma si total siempre va a existir ese alguien? Por el simple hecho de que nada es para siempre. Entonces, nada más me tiene que dar lo mismo, se acaban los “ni me suma, ni me resta”, desde hoy me propongo que todo sea un poco mejor para mí, saltar un poquitito menos, y reír más .

1 comentario:

Let's have some fun dijo...

Decidi yo recine, saltar más alto que nunca por un lado y por otro lado, seguir pasando por acá más seguido.
Un beso Agusti